A quien no le ha pasado… todo el mundo te mira porque tu pequeño angelito se ha convertido en un momento en un demonio, se ha tirado al suelo y grita sin parar mientras da golpes a todo lo que tiene cerca.
¿Qué podemos hacer en estos casos?
Aquí van los diez consejos básicos para salir airoso ante un berrinche de un niño:
1. Ignora la conducta inapropiada siempre que sea posible y que no haya autoagresión o vaya a acabar con el mobiliario que le rodea
2. Sé claro y breve “me estoy enfadando” en primera persona en lugar de “eres un trasto y me estas enfadando”. No usar insultos ni tacos demuetran lo nervioso que estás
3. Utiliza palabras cortas de control “ya está bien” las explicaciones largas le pierden porque no mantiene la atención mucho tiempo (un minuto aproximadamente por año)
4. Dile lo que quieres que haga y no lo que no quieres que haga mejor “para” o “basta” que “deja de gritar” o “deja de patalear”
5. Dile claramente que no vas a ceder “no te lo voy a comprar” si ese es el motivo de la rabieta
6. Si llora o patalea “no voy a prestarte atención hasta que no te calmes” en lugar de “no voy a hacerte caso si no dejas de patalear” así resaltamos la conducta a extinguir.
7. Introduce una pausa. cuenta hasta diez, sirve para calmarse y para que el niño entienda lo que le pedimos
8. Habla despacio, así pareces menos nervioso
9. Nunca te rías, aunque a veces la situación o sus salidas sean graciosas, pues pensará que lo que pasa es divertido
10. Aléjate del escenario unos pasos o date la vuelta sentirá la retirada de atención
Y no olvides que…
Sea cual fuere la manera de que se calme y consigas acabar con el episodio, siempre debes mantenerte firmes, y actuar igual.
Además convendría que el resto de adultos que pasan tiempo con el niño estuvieran de acuerdo en plantearle lo mismo.
NO puedes ceder a sus deseos una vez pase la rabieta porque así lo que le estarás enseñando es que esa es la manera de conseguir lo que quiere
Los niños necesitan refuerzo positivo. Sus buenas conductas y esfuerzos por controlarse deben ser elogiados y premiados por sus padres mediante abrazos y comentarios agradables que refuercen su actuación. “Qué bien se ha portado mi niñ@ hoy”
Piensa que la etapa de las rabietas pasará pronto. A medida que se desarrolla el lenguaje, aumenta su capacidad de entender que en la vida no se puede conseguir todo llorando y tirándose al suelo.
Tienes esta información, desarrollada, en Cómo enfrentarse a las rabietas de los niños, y que tratamos en el Aula de Padres de Octubre.
Ten paciencia y ármate de cariño. Dentro de poco estarás acordándote de sus rabietas y te parecerán divertidísimas, sirva este vídeo como ejemplo…